recompensa

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Edwards me dijo que en el CIC sabían perfectamente que Fortuna era un lugarteniente de Vito Genovese y me hizo un resumen biográfico de éste. Según él, Genovese no era como indicaban nuestros archivos ex secretario de Al Capone, ni siquiera era siciliano, sino que había nacido en Resigliano, cerca de Potenza. Había sido el segundo jefe de una familia de la mafia neoyorquina dirigida por Lucky Luciano, añadió Edwards, y había ocupado la jefatura cuando encarcelaron a Luciano, tras lo cual había sido reconocido como el jefe de toda la Mafia americana. Había regresado a Italia poco antes de que estallara la guerra, para eludir la acusación de homicidio en los Estados Unidos; se había hecho amigo de Mussolini, y luego, cuando cayó el Duce, transfirió su lealtad al Gobierno Militar Aliado, donde se cree que ejerce el poder entre bastidores. Genovese controlaba a los sindacos de casi todas las ciudades en un radio de ochenta kilómetros de Nápoles. Cedía los chanchullos a sus seguidores, cobrando una cuota de todo, echaba migajas de favor a quienes le seguían el paso y siempre encontraba la forma de castigar a la oposición.
¿Qué había que hacer? Nada, contestó Edwards. El CIC había aprendido rápidamente a no meterse en ningún asunto en que interviniera Genovese, que intervenía en casi todos. Muchos oficiales americanos habían sido elegidos para la campaña italiana porque eran de origen italiano. Se contaba que por esa razón se adaptarían fácilmente al medio. Y al parecer lo habían hecho de maravilla. Los italoamericanos del AMG controlaban la situación y sabían cerrar filas cuando les amenazaban desde el exterior. Un agente americano del CID (Departamento de Investigación Criminal) que había caído en la cuenta de que el célebre Genovese controlaba prácticamenté Nápoles, decidió investigar sus actividades actuales; se vio enseguida aislado e impotente, y la única recompensa que había recibido por sus molestias fue quedarse sin ascenso. ¿Y podría aplicarse esta situación, a su entender, en el caso de cualquier británico que amenazara los intereses de Genovese? Edwards no lo sabía, y me sugirió que siguiera adelante y lo averiguara. Sería muy interesante ver lo que ocurría.

Norman Lewis. Nápoles1944.



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Comentarios

Esta entrada fue escrita el Thursday, August 13th, 2009a las 00:50 y está archivada en leo. Puedes seguir los comentarios a esta entrada a través del RSS 2.0. Puedes escribir una respuesta, o hacer un trackback desde tu sitio.

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  1. severin on August 13, 2009 21:58

    Enrique, cotilleando tu blog me he encontrado esta acuarela de la costa italiana
    y me he acordado de los trabajos para Barceló. Qué pena que duraron tan poco. No pudieron hacer mayores.

    Un abrazo

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