El Instituto Cervantes acaba de devolverme un dibujo del libro “Bebop” que les presté para la exposición “El cómic de la democracia española” y que ha podido verse en las sedes del Cervantes de Nueva York, Toulouse, Sao Paulo, RÃo de Janeiro, Budapest, Bucarest, Atenas, en la Fundación Antonio Pérez de Cuenca y en el Centre Belge de la Bande Desinée de Bruselas.
HacÃa tres años que no sabÃa nada de esta gente ni de las andanzas de la exposición. ¿Tanto hubiera costado enviar unos mensajes a los autores con los sitios y fechas de donde iba a ser expuesto nuestro trabajo? Será que la dura realidad es asÃ, pero no acabo de acostumbrarme a este tipo de manejos en los que los creadores somos el último mono.
Os últimos são os primeiros!