Estoy pensando en nuestra Verónica, que con su mano izquierda, en las etapas de aproximación y en el campamento base, dibuja al vuelo las caras de todos nosotros. Hay quien le ha hecho notar que resultan más jóvenes. Ella dice que las caras son jóvenes, los rasgos, la geometrÃa no plana y esencial, no envejecen. Es la piel la que declara el tiempo y ella la bosqueja apenas. Lo que cuenta para ella son las lÃneas, la maraña que hace de cada uno de nosotros una figura aparte.
No entiendo de eso, no sé dibujar, pero la creo. Para mÃ, una cara es una expresión geográfica. Las hay desérticas, sÃsmicas, llanas, escarpadas, ventosas, pantanosas. Todas tienen una edad en la que son adecuadas. Verónica dibuja esa edad, como el hebreo antiguo lo hace con Dios.
Erri de Luca. Tras los pasos de Nives