GarantÃas de salvación.
Hay distintos medios de adquirirlas. Uno es ahogarse en el Ganges, pero os resultará ingrato. Morir entre los lÃmites de Benarés es otro, mas tiene sus riesgos, pues al sonar vuestra hora podrÃais estar casualmente fuera. El mejor de todos es el peregrinaje alrededor de la villa. Hay que hacerlo a pie, y descalzo además. La caminata es de unos setenta kilómetros, pues un trecho de la senda se ramifica y culebrea hacia el campo, y pasaréis andando cinco o seis dÃas. En cualquier caso, no os faltará compañÃa. Viajaréis con catervas y huestes de ufanos peregrinos cuyos atuendos resplandecientes embellecerán el espectáculo, y cuyos alegres cantos y solemnes himnos triunfales mitigarán vuestro cansancio y os animarán el espÃritu y, a intervalos, habrá templos donde podréis dormir y restaurar los estómagos. Una vez concluida la romerÃa habréis comprado la salvación, y pagado por ella.
Mark Twain. Viaje siguiendo el Ecuador. India