– Si pudi茅ramos pasar un momento al tema de la pol铆tica fiscal… – dijo brevemente.
– 隆Pol铆tica fiscal! – grit贸 Ford Prefect -. 隆Pol铆tica fiscal!
El consejero de direcci贸n le lanz贸 una mirada que s贸lo un pez d铆pneo podr铆a haber imitado.
– Pol铆tica fiscal… – repit铆贸, eso es lo que he dicho.
– 驴C贸mo pod茅is tener dinero – pregunt贸 Ford -, si ninguno de vosotros produce nada? No crece de los 谩rboles 驴sab茅is?
– Si me permite continuar…
Ford asinti贸 de mala gana.
– Gracias. Como hace unas semanas decidimos adoptar la hoja como moneda legal, todos somos inmensamente ricos.
Ford mir贸 incr茅dulo a la multitud, que lanz贸 un murmullo apreciativo y empez贸 a acariciar 谩vidamente los fajos de hojas de que ten铆an rellenos los monos de correr.
– Pero tambi茅n tenemos – prosigui贸 el consejero de direcci贸n – un peque帽o problema inflacionario debido al alto grado de disponibilidad de la hoja, lo que significa, seg煤n creo, que en la tasa actual se necesitan tres bosques ef铆meros para comprar una bagatela.Murmullos de alarma recorrieron la multitud. El consejero de direcci贸n los acall贸 con un gesto.
– De manera que, con el fin de solucionar ese problema – prosigui贸 – y revaluar
la hoja de modo eficaz, estamos a punto de iniciar una campa帽a de defoliaci贸n general, y… hummm, quemaremos todos los bosques. Creo que todos estar茅is de acuerdo en que es una medida sensata, dadas las circunstancias.
La multitud pareci贸 un tanto indecisa durante unos momentos, hasta que alguien observ贸 que eso incrementar铆a mucho el valor de las hojas que ten铆an en los bolsillos, y entonces empezaron a dar gritos de placer y, puestos en pie, dedicaron una ovaci贸n al consejero de direcci贸n. Los contables esperaban que el oto帽o ser铆a provechoso.
Douglas Adams. “El restaurante del fin del mundo” (tambi茅n relacionado, como el post de ayer, a la crisis)
Muy buenas citas, Enrique. Muy buenas!