Dedico una tarde por semana a hacer retratos a unos modelos que podrÃan ser mis hijos. Más allá del azaroso resultado de mis esfuerzos siempre vuelvo triste a casa: ¿qué paÃs y qué futuro espera a estas almas de cántaro?¿cuántos de ellos están haciendo ya las maletas para trabajar de camareros en Londres y BerlÃn? Escucharles cuando hablan de sus problemas (de casa, de trabajo, de pelas) me hace ser realista, es decir, pesimista.
están genial los retratos. qué triste situación tenemos, ojalá triunfen alla donde vayan