La telaraña, por Jordi Soler



mongolia

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Grandes, grandísimos, sublimes los amigos Darío Adanti, Edu Galán y Edu Bravo en “Mongolia, el musical” una obra de ¿teatro? que tenéis que ir a ver SI O SI.






El dibujo sirve para que las personas que esperan a poder pasar a Europa en el campamento del Monte Gurugú representen su dura realidad. Estas imágenes torpes y expresivas nos acercan a esta gente como difícilmente podría hacerlo otro medio de expresión. Une a cada uno de sus autores con el niño dibujante que alguna vez fuimos e interpela al adulto que ahora mira para otro lado.

“La valla” es un proyecto de Amparo Climent que ha estado expuesto estos días en Madrid.



Desastre de partido. De ir ganando de 10 al descanso pasamos a perder al final de 15. Esto pinta muuuuy mal.






félix bote

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Me da por acordarme de Félix Bote, cantante y trompetista extremeño del que podéis escuchar aquí un profético “Nadie se lleva nada” que grabó poco antes de dejarnos.
En un número viejo del periódico “Voz Emérita” se publicó esta triste necrológica que escribió mi amigo Ceferino López. Copipego de su blog Fotomatón

Y se lo dedico a mi amiga Aurora.

Toda una vida
Félix Bote ha muerto. Su presencia se ha diluido como el aire que escapaba de su trompeta, como la poesía que se deslizaba entre sus labios, acariciando con delicadeza el tiempo.
Mi suegro repite cada vez que los noticieros anuncian el fallecimiento de alguien “Dios nos libre del día de las alabanzas”, del día en el que nos arrepentimos de no haber hecho nada porque esa vida que se rompe o que se acaba tuviera unos momentos de nuestra atención, de nuestro reconocimiento o cariño, y que tras dicho anuncio nos apresuramos en recomponer, porque los intereses, las veleidades no tienen sentido ya, no corremos el peligro de que alguien nos componga una canción, nos lance un poema o nos embadurne de color la cara.
Sobre el kiosko de la música del hotel Las lomas, en medio de las noches de verano, su presencia pasaba casi desapercibida, ensimismado, sin importarle otra cosa que la agilidad de sus dedos, la transparencia de su voz y la brisa de la noche. La sordina imponiendo con dulzura las emociones del artista hasta enamorar a las estrellas.
Mientras, fuera, en los jardines de todos los hoteles del mundo, la algarabía de los tragos, la pose de la hipocresía.
Recuerdo una multitudinaria cena de empresa en la que Chendy y Félix amenizaban la velada. Su música sobrevolaba dulcemente canapés, rodajas de morcón, langostinos, jamón, y el etcétera largo que todos imaginamos. Nadie prestaba atención. Pero a medida que la cena progresaba, a medida que los allí presentes dejaban de importarse unos a otros, la trompeta y la voz de Félix se fueron imponiendo desde la delicadeza, desde la verdad silenciosa, desde el eco de la emoción que todos aquellos bocazas habían perdido en medio de negocios, reuniones, bancos y burocracia. Y su música, su arte, se hicieron protagonistas absolutos hasta convertir a todos aquellos ‘infieles’ a una religión en la que Félix era el mejor de los sacerdotes, todo un cardenal.
Y es que Félix maduró al sol del arte y perteneció a la élite de los pioneros. A esa pandilla de descerebrados que se empeñan en desbrozar la inmunda selva que la monotonía de los días hace crecer permanentemente y en la que inmediatamente, una vez abierto el camino, aparecen los listos, los aprovechados de turno.
Pero a esa pandilla le importa un bledo que otros se enriquezcan a costa de su tozudez, buscarán otras selvas que desbrozar, porque abrir caminos es lo que realmente les importa.
Muchos, los auténticos, vuelven a su tierra, que es selva virgen, en lugar de dedicarse a difundir las maravillas de la misma desde los púlpitos dorados, desde el glamour de los salones de moda.
Vuelven a vivir su arte y a sembrarlo de forma discreta por cada rincón de la geografía extremeña, mezclándose con la autenticidad de la gente.
Vuelven deseosos de dar todo el capital intelectual y emocional que han acumulado por esos mundos, entregárselo a los suyos para abonar la sementera.
Pero los suyos ya están en otra cosa y pasan del punto. Están haciendo méritos para conseguir las medallas, todas las medallas de Extremadura que a diario bruñimos para deslumbrarnos el ombligo con su falso brillo.
Los pioneros sólo alcanzan la gloria de seguir solos, de abrir caminos para otros desde el olvido.
¿Como se puede tocar la trompeta, o cantar, desde y sobre el silencio y aguantar “toda una vida”?



El gran Benoit Guillaume me hizo este retrato diciendo nosequé de un perro. Echad un ojo a su web.



sequeiros

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Siempre me gustó el trabajo de mi amigo Santiago Sequeiros, un tipo honrado que desde muy pronto supo que hay que trabajar para uno mismo y no para “el mercado”. Ayer inauguró una exposición en la librería Panta Rhei con algunas páginas de “Romeo”, su último proyecto, un libro que tal vez termine teniendo cuatro tomos y que está, incomprensiblemente, a la espera de editor en este yermo cultural que es Españistán.

Un artículo sobre él y su proyecto, aquí.

La expo sólo está colgada hasta el sábado. Ya estáis tardando en ir a verla.



Charles Berberian me hizo este favorecedor retrato



Los rótulos de la óptica América y de Casa Pontes sobrevivieron hasta hace muy pocos años. Me gustaría mucho poder pasear por el Madrid de hace 70 años.

Un proyecto muy interante de superposición del antes y el ahora, aquí.



La corrupción y el mérito, por Antonio Muñoz Molina



De un cuaderno de notas del fotógrafo Jose Manuel Navia, que habla en este vídeo de la importancia que los cuadernos tienen para él.



raúl en rusia/2

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En 1991 el gran Raúl viajó a Rusia por encargo de El País para ilustrar una serie de artículos. He encontrado en el desván un ejemplar del segundo y último de los cuadernillos que se editaron.



En 1991 el gran Raúl viajó a Rusia por encargo de El País para ilustrar una serie de artículos sobre aquel cambiante país. Hoy he encontrado en el desván del abuelo un ejemplar de aquel periódico.






Robert Louis Stevenson cuenta en primera persona su íntima relación con el dibujo.



He ido a ver “El antidisturbios”, una obra de teatro escrita por Félix Estaire para el Teatro de Acción Candente.

Más info



Nunca me canso de dibujar pedruscos



“Yo sé leer”: vida y muerte en Guerrero, por Juan Villoro



Mi amigo Miguel Angel Rodríguez, de quien ya he hablado aquí, anda de viaje por los USA  y está rellenando unos cuadernos que estoy deseando ver en directo.
Más en su blog.