Comenzaba la primavera, cumplÃa Jeanneth treinta años y lo celebraron todos juntos comiendo en el campo, que estaba hermoso el 26 de abril de 2014.
Jeanneth trabajaba interna cuidando a un señor que ya no se vale por sà mismo. El hombre y su familia, igual que Jeanneth, estaban contentos con el trabajo.
Hace tres años Jeanneth hizo las maletas y vino a la ciudad para trabajarse un futuro mejor, con el que no podÃa contar en su ciudad.
Los fines de semana y las vacaciones, como esta semana santa, Jeanneth pasaba todo el tiempo con los amigos. Este año se preocuparon, Jeanneth no se encontraba bien, vomitó, estaba cansada, le dolÃa la cabeza, no dormÃa y tenÃa las piernas hinchadas.
Cada fin de semana desde entonces era asÃ, cuando no le dolÃa la cabeza era el estómago, el ojo, la tensión. No puedes seguir asÃ, le decÃa su amiga.
A final de abril a Jeanneth se le puso un ojo muy rojo y su amiga se asustó, seguÃa encontrándose mal:
– Vamos a urgencias
– Espere, ya casi tendré los papeles.
– Por favor, Jeanneth, vamos, tranquila.
Nosotros estamos aquÃ, si le cobran demasiado, nosotros estamos ahà para ayudarla.
En esta ciudad todo el mundo sabe que desde hace dos años si vas al médico te lo cobran caro, dice un amigo de Jeanneth. Berta, hermana de Jeanneth, y Juana, su madre, lo explican por conferencia a través del ordenador:
– Hablábamos varias veces a la semana.
– ¿Por qué creen que Jeanneth no fue al médico?
– ¡Porque te cobran! porque te llega luego una factura muy grande.
Pregunto a muchas personas aquÃ, todos me explican que no se va al médico porque luego te llegan a casa unas facturas tremendas, que no podrás pagar. Exactamente lo mismo que dicen los vecinos que se han quedado sin tarjeta sanitaria en cada barrio de Madrid.
Jeanneth fue al médico de atención primaria, a su médico, hace tres años, cuando tenÃa tarjeta. Luego ya no pudo ir más.
Los papeles de Jeanneth estaban por llegar, en la casa en la que trabajaba estaban deseando firmar el contrato laboral, como el que tienen las familiares y amigas que Jeanneth tiene en la ciudad, la mayorÃa cuidan a otras personas mayores y se sienten contentas con su trabajo.
El dÃa de su cumpleaños, durante la comida en el campo, Jeanneth se encontraba mal, habÃa vomitado una vez más y tenÃa mal aspecto. Su amiga P. estaba muy preocupada:
– Vamos para Urgencias ahora mismito.
– No, espere… Es que falta un mesecito ná más para mis documentos, apenas me den el resguardo, ¡vamos! FÃjese que fui a la farmacia y me recetaron para la digestión, para la vista, me midieron la tensión, …
Jeanneth, como otras personas a las que les han quitado su tarjeta sanitaria, iba a la farmacia en lugar de ir al médico cuando se encontró mal. Nada de lo que le dieron allà le sirvió.
El dÃa 23 de mayo de 2014 una amiga de Jeanneth decidió llevarla a las Urgencias del hospital, Jeanneth estaba muy mal, le dolÃa la mitad de la cabeza, veÃa borroso, casi no podÃa mirar al hablar, habÃa vomitado y estaba suelta del estómago. Eso es lo que le explicó a un sanitario tras pasar por la recepción de Urgencias, donde le pidieron la tarjeta sanitaria que ya no tenÃa. Eran las seis y media de la tarde.
El guardia de seguridad dejó pasar a su amiga porque Jeanneth no veÃa bien y no podÃa estar sola.
– Ella sólo decÃa a cada poco, ay, ay, ay…
Una hora después empezó a escupir en el suelo. Su amiga buscaba desesperadamente a alguien y pedÃa que atendieran a Jeanneth. A las ocho de la tarde Jeanneth casi no podÃa hablar y vomitó algo negro. La amiga siguió insistiendo, sólo consiguió que le entregaran una bolsa y le dijera que vomitar era normal.
Los amigos desde fuera del hospital le decÃan a su amiga que salieran de allÃ, donde no la atenderÃan. HabÃa que buscar otro sitio.
– Me duele mucho.
Jeanneth iba perdiendo la voz y no podÃa levantar la cabeza. Se quejaba duro y nadie les hacÃa caso allà dentro.
– ¡Llevamos tres horas aquà dentro y mi amiga está muy mala!
– Pues dÃgaselo al médico.
– Aún no le ha visto ninguno.
– Yo acabo de entrar y no sé nada.
Su amiga hablaba desesperada con los amigos de fuera,
– ¡Sáquela de ahÃ! ¡Vamos a buscar otro sitio!
La amiga miró a Jeanneth, se asustó mucho al ver sus ojos vidriosos. Eran ya las diez y media de aquella noche.
Jeanneth ya no entendÃa lo que le decÃa su amiga que en un intento desesperado le pedÃa que colaborase para llegar hasta la puerta, consiguieron llegar a rastras. Una enfermera les impidió la salida
– ¡¿A dónde se la lleva?!
Sentaron otra vez a Jeanneth. A las once de la noche el cuerpo de Jeanneth se giró y comenzó a convulsionar en el suelo de la sala de espera de las Urgencias del Hospital. La metieron en una camilla y se la llevaron aprisa.
En la UCI no pudieron hacer nada. Una doctora le explicó a su amiga que a Jeanneth se le habÃa parado el corazón.
Jeanneth De Los Ãngeles Beltrán MartÃnez agonizó hasta la muerte. HabÃa cumplido treinta años, y no volverá a besar a su madre Juana.
La autopsia de Jeanneth revela que llegó al Hospital con los riñones muy deteriorados por una enfermedad cualquiera, para la cual hay tratamiento si hubiera podido ir al médico.
Los amigos y compañeros de Jeanneth, al igual que la gente de mi barrio a la que le han quitado la tarjeta sanitaria, tenÃan razón, si vas al médico te llega una factura enorme.
Lo que no saben es que esa factura, además de odiosa, es ilegal.
A casa de Jeanneth acaba de llegar la carta:
“Con relación a la asistencia que le fue prestada el dÃa 23/05/2014, le rogamos que tan pronto le sea posible, nos aporte por correo, fax o personalmente en la SECCIÓN DE FACTURACIÓN A TERCEROS la fotocopia de la Tarjeta Sanitaria de la S. Social o Tarjeta Europea, ya que hasta la fecha no constan en su expediente.
Le informamos que, de no obtener contestación en el plazo de veinte dÃas le pasaremos la factura a Vd., directamente.â€
Ahora ya no van a poder pasarle la factura.
La UCI es muy cara, advertÃa una amiga de Jeanneth.
Con relación a la asistencia que le fue prestada.
La fotocopia de la Tarjeta Sanitaria.
Jeanneth era una mujer cristiana de corazón. Su Dios podrá perdonarles.
Nosotros quizás no.
El 1 de septiembre de 2012 entró en vigor el Real Decreto Ley 16/2012 por el que se niega el derecho a la atención sanitaria normalizada y pública a cientos de miles de personas en el Estado español, entre otras, a Jeanneth. Es el mismo Real Decreto que redefine por completo nuestro modelo de sistema sanitario y que supone el repago de medicamentos y de ciertas prestaciones sanitarias.
Yo SÃ Sanidad Universal es el lema bajo el cual vecin@s de cualquier barrio, sanitari@s y usuari@s nos hemos unido para luchar contra el Real Decreto de la infamia que ha matado a Jeanneth.
NOTA: Según el propio Real Decreto de exclusión sanitaria no se podrá facturar la atención sanitaria de urgencia a personas excluidas del nuevo modelo de aseguramiento. Cada vez que se hace, además de una vileza, se comete un acto ilegal.
Esta es la carta que ha publicado Yo sà Sanidad Universal, uno de los colectivos que está trabajando contra el Apartheid Sanitario que impide el acceso a la sanidad universal a colectivos vulnerables, como migrantes o personas en situación de desempleo.
Una de las vÃas más efectivas para luchar contra esta situación son los grupos de acompañamiento sanitario, puedes informarte aquÃ.