Dibujando la populosa e inabarcable medina de Fez

Estoy dibujando poquísimo en este viaje, pero ni tan mal.

Encantado con la oportunidad de salir a perderme por Marrakesh.

Vuelvo a perderme por Marrakesh, un laberinto en el que creía que sabía orientarme, y aprovecho para detenerme a dibujar

Paso el día caminando por Salé y hablando y comiendo con los pescadores. El agua invita al baño y a las acuarelas

La cosecha del día en Rabat.

En el Museo de Bellas Artes de la Diputación de Badajoz encontré muchas acuarelas de mi paisano Nicolás Mejía Márquez ((Fuente de Cantos, Badajoz,1845-1917). Os las dejo aquí para vuestro disfrute. Disculpad la mala calidad de las fotos.

Un dibujo de Nuakchott que el otro dia salió de mi casa, donde llevaba reposando dos años

Las últimas acuarelas del verano

Se va acabando el verano

Este verano he hecho en Ribafrecha una serie de acuarelas de 50×70. No suelo trabajar en formatos tan grandes y la falta de costumbre me ha hecho cometer errores de principiante.

Hemos sacado una segunda edición del libro que recopila los dibujos que he ido haciendo en Ribafrecha durante la última década. Mide 21×15. tiene 48 páginas y cuesta 15 euros más gastos de envío. No se venderá en tiendas, así es que si os interesa algún ejemplar podéis mandarme un correo privado o dejar un comentario en este mismo blog.

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David Gentleman dibuja Londres como un verdadero señor: elegante, preciso, sin nada que reprochar. (Gracias, Fernando!)

La historia que os voy a contar es archiconocida, pero las imágenes que la ilustran llevan un tiempo dándome vueltas por la cabeza y ya va siendo hora de compartirlas.

Andrew Wyeth retrató 240 veces a su vecina entre 1971 y 1985. En esos 14 años hizo en secreto algunos óleos, muchos dibujos a lápiz y acuarelas como éstas que comparto. Las obras se expusieron en 1986, aparecieron en la portada de TIME y causaron un gran revuelo en la crítica de los USA, que al contrario que el público siempre trató a Wyeth de artista menor. La relación entre Helga Testorf y Andrew Wyeth obliga a pensar en el extraño mundo del pintor y la modelo, tan frágil y tantas veces malentendido y contado (recuerdo ahora “La Belle Noiseuse” de Jacques Rivette o “Chihwaseon” de Kwon-taek Im)
Enfin, que el libro lo compré hace muchos años por 1000 de las futuras pesetas en un VIPS y lo miro y lo remiro siempre que puedo. Y que quienes no conozcáis de antes a Andrew Wyeth podéis echar un vistazo a su trabajo aquí o aquí.

Si os preguntáis de dónde sale tanto talento o cómo se educa un artista, mirad a su padre, el gran N.C. Wyeth.

Esta tarde me ha dado por meterme en un lío de 50 por 70.

Salgo al campo y, como los agricutores de por aquí, cosecho.

Entre vino y vino, dibujo. No es mal plan.

Actualizo con dos dibujos más