El peso de la ideología, por Carmelo Mesa-Lago

El genial Cesc escribió y dibujó este libro sobre la Costa Brava en los años 60. Me lo descubrió mi amigo Lluisot. Dedicado a todos los que estáis de vacaciones en el mar.

Nubarrones, por Fernando Savater

Golpes de suerte, por Ignacio Vidal-Folch

Los bombarderos que arrasaron Dresde o Gernika no sobrevolaron el Cabanyal. Tampoco  terremoto alguno sacudió las casas y las vidas de los vecinos que habitaban estas calles.

El Cabanyal era hasta los ochenta un “barrio consolidado”, como gustan de llamar ahora los nuevos planificadores. En la Plaça del doctor Llorenç de la Flor corrían niños, charlaban vecinos, buscaban sitio para aparcar, iban a la compra. En los bajos de las casas había tiendas, en las terrazas se ponía a secar la ropa lavada.

Pasaron por aquí otros vecinos de la ciudad, insensibles a todo lo que no fuera dinero. Capitostes disfrazados de benefactores, de ciudadanos preocupados por el bien común, de adalides del progreso. Posaron sus ojos  en aquellas calles y dictaminaron que eran anacrónicas, que en una ciudad moderna aquel vestigio del pasado no tenía cabida, que había que ser realistas y dejar paso al futuro. El bien de la ciudad requería ese sacrificio. La huerta que rodeaba la antigua urbe se asfaltaría, enladrillaría, urbanizaría y todos aquellos nuevos vecinos, coches y visitantes necesitarían una salida rápida y cómoda a un mar donde se alinearían nuevos centros comerciales, restaurantes caros y locales de ocio de lujo. La cercanía al mar y al centro de  la urbe fue la perdición del Cabanyal de la misma manera que la ruina de otros lugares es existir sobre una bolsa de petróleo. Los tiempos pasados, la vida sin sobresaltos, los ritmos estables pasaron a mejor vida. El susto, y el miedo se instalaron en el barrio.

Convivimos con monstruos. Gentes que valoran el tejido urbano en “edificable o no edificable” y ve la degradación (siempre consentida, tantas veces provocada) como oportunidad de negocio. Planificadores que primero construyen PAUS que después han rellenar de carne. Depredadores que buscan donde sea el beneficio de las empresas para las que trabajan.

Así pues, siguiendo ordenes dictadas por el capricho, decenas de casas se compraron, expropiaron, derribaron, abandonaron. No se concedieron permisos para obras de mejora ni para instalación de negocios. Se dejó de limpiar. Se dejó degradar. Calles enteras se cercenaron. Algunos de los vecinos buscaron una vida diferente lejos de su barrio de toda la vida. Otros lucharon para evitar que el sinsentido arrasase su pasado y su futuro.

Es difícil abarcar la magnitud del desastre. Son cientos las casas y decenas las calles afectadas por esta bomba silenciosa y atroz. Las archifamosas imagenes de Detroit son terribles pero demasiadas lejanas. Parece que la desolación que muestran hubiera sido causada por una catástrofe natural y que no fuesen la consecuencia de decisiones de hombres. Más cerca he visto el casco viejo de Badajoz, el de Logroño, la casbah de Argel o el barrio español de Orán. Areas inmensas,  antaño bulliciosas y hoy en silencio, devoradas por ese monstruo siempre hambriento que los enemigos de la humanidad llaman progreso.

Hoy leo en El País que el Ayuntamiento de Valencia deroga el plan de Barberá para El Cabanyal. Felicidades a esos vecinos cabezones, aunque me temo que para muchas familias ya es demasiado tarde.

Los dibujos están hechos hace un par de meses en unos papeles encontrados entre la basura que afea esas calles fantasmales.

Aquí podéis ver algunas imágenes de esa terrible zona cero.

Me he encontrado estos cuadernos de Sfar en un documental.

Gentes de algunos de los espacios autogestionados de Madrid se han reunido para ver cual debe ser su papel frente a la administración. ¿Es posible una voz común?

Las imágenes se amplian por si queréis leerlas con más comodidad

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Por si os interesa saber algo más de cómo y por qué hago estos dibujos aquí os dejo una entrevista que ha aparecido hace poco en eldiario.es que refleja una conversación con Alvaro, de Al final de la asamblea, transcrita por Amador Fdez. Savater.

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El libro de mis dibujos de la Acampada de Sol puede verse íntegro aquí .

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Aquí podéis ver/descargar el resto de mis dibujos sobre el 15M.

Algo de eco de esta serie de dibujos.

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El Museo de Orsay ha montado una gran exposición de Bonnard y para celebrarlo ha invitado a Joann Sfar a que reinterprete obras del maestro. El resultado son unas 80 acuarelas, pinturas y dibujos que ha sido publicados en forma de un libro que he comprado astutamente en mi última visita a Paris.

Mis paisanos abandonaron el baño en el agua verde de Proserpina por
las más limpias y asépticas piscinas. Ellos verán

Paseo por el Guadiana y me acuerdo de mi amigo Tsunehiko Kuwabara

Anoche vi Antígona, de Sófocles, en el Teatro Romano de Mérida. La obra me gustó mucho, la representación no tanto.

Me encanta “El enigma Gaudí”, un cómic de los ochenta hecho por el colectivo SIRE que deslumbró en su momento y tuvo una segunda parte, más floja de dibujo, que nunca conseguí leer. Acabo de releerlo y conserva toda su frescura.

Más dibujos de André François, hombre orquesta, poeta, dibujante.

Me sorprende no haberle dedicado antes una entrada en este blog a André François, uno de mis artistas favoritos

Me encanta todo lo que hizo, y cómo lo hizo, Henry Darger. Vi en Paris una exposición de su inclasificable trabajo y os he traído unas imágenes.

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Ahora, la gente común, por Pablo Echenique

Dibujos de Antonio Juez Nieto encontrados en el Museo de Bellas Artes de la Diputación de Badajoz . Disculpad la mala calidad de las fotos.

Cómo evitar la salida de Grecia, por Miguel Otero Iglesias y Federico Steinberg

Con todos ustedes, los cuadernos de Nicolas Barberon