Una buena noticia: el Museo ABC prorroga hasta el 30 de octubre la exposición de cuadernos de viaje que se originó a partir de la actuvidad Dibujamadrid, de la que os he venido hablando aquí. Antonia Santolaya, Alfredo, Arranz, Gusti, Jose María Sánchez y yo mismo tenemos algunos cuadernos expuestos en vitrinas y los alumnos del curso se han quedado con las paredes.

Tres reseñas recientes sobre mis cuadernos de viaje
en Experimenta
en Esquire
en Yorokobu

Encontré esta bonita historia en el catálogo de la exposición de Yayoi-Kusawa que puede verse ahora mismo en el Reina Sofía.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=cJCg7CQbIx8[/youtube]

Conocí a Eloar Guazzelli, como tantas cosas, gracias a mi amigo Cava. Hacía siglos que no veía nada de su trabajo y el otro día me lo encontré por casualidad en FB. Yo es que alucino con sus cuadernos.

Hoy es el último dia para ver la extraodinaria exposición de James Castle en el Reina Sofía. Aprovechad, los que leáis ésto a tiempo y estéis en Madrid. Hacía tiempo que algo no me emocionaba tanto.

Mi amigo Emil, que ha abierto un nuevo blog aquí, me recuerda que también Van Gogh usaba cuadernos para escrbir y dibujar. Las imágenes de más arriba son parte de sus numerosas cartas porque no he podido encontrar buenas imágenes de los cuadernos, pero sirven para hacerse una idea de lo que son aquellos.

Las imágenes pueden verse a mejor tamaño aquí.

He descubierto en un suplemento cultural del ABC que el escritor irlandés John Banville usa cuadernos para escribir sus libros.

Alucino con los cuadernos de Charles Ritchie. Gracias por enseñármelos, Joan

Encontré este cuaderno de Alechinsky en una exposición suya que vi en el Musée Granet de Aix-en-Provence.

El arquitecto escocés Charles Rennie Mackintosh (1868-1928) hizo un viaje por Italia en1891 durante el cual rellenó un cuaderno de apuntes que puede verse aquí.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=9zJCgUu5mtE&t=1m23s[/youtube]

Copio y pego del blog de Stephane Grueso:

Siempre he pensado que me gusta vivir en un país moderno y democrático, lo que se conoce como un ‘estado de derecho’.

Disfruto del hecho de que existan unas Fuerzas de Seguridad del Estado, con las que generalmente no tienes contacto como ciudadano, pero que siempre están ahí, jugándose el pellejo por defenderte, cuando alguien quiere hacerte daño o atenta contra tus propiedades. Me parece absolutamente maravilloso que unos trabajadores públicos, seguramente mal pagados, se jueguen el físico por ti. El estado te ampara y te protege. Es su obligación claro, pero aun así me parece maravilloso…

Pues esta percepción ha cambiado algo estas semanas, a continuación voy a intentar explicar el por qué.

(…)

Siempre he pensado que me gusta vivir en un país moderno y democrático, lo que se conoce como un ‘estado de derecho’. El problema es que ahora empiezo a dudar de que mi país sea así.

El post completo, con un excelente relato de lo que sucedió el pasado jueves en la Puerta del Sol, aquí.

Si después de leerlo aún os queda estómago podes terminar de deprimiros con la narración del fotógrafo Daniel Nuevo de lo sucedido la misma noche

Hay un nosequé en los dibujos modernillos de David Fullarton que me agrada. Podéis ver algunas imágenes de sus cuadernos aquí y más cosas suyas en su sitio.

Este es el cuadernos donde el Doctor Who, el mejor personaje que en la historia de la televisión ha habido, apunta sus sueños en The Family Of Blood, el noveno episodio de la tercera temporada. Ex-ter-mi-na-te!

He comprado un par de libros de viajes de Damian Chavanat que editó Jalan en 2003, cuando Egipto era un destino turístico y en Africa del Sur no sabían nada de la copa del Mundo de fútbol.

Mi amigo Manuel tiene una edición argentina de un fantástico libro que no conocía: “Las catedrales de Francia”, por Auguste Rodin. Os dejo alguna de sus páginas.

Encontré estas imágenes de cuadernos del maestro Steinberg en este vídeo.

El gran Mattotti rindió un sutil homenaje a la primera foto que tomó el maestro Eugene Smith tras su larga enfermedad en una página de su libro Hansel y Gretel (publicado por El Zorro Rojo y compra obligada)

Aquí hay una página que recopila homenajes.

El Casco fue una revista que se publicó ininterrumpidamente en Badajoz entre octubre de 2008 y diciembre de 2010. La dirección, maquetación y producción corrió a cargo del artista plástico Cisco Bellabestia.La colección completa se compone de 25 números, con un total de 1098 páginas, de las que 56 son linóleos y otras 56 su reverso.

Desconocía su existencia. Llegué a ella a través del blog de la editorial Aristas Martínez.

Max Fiedler fue a Thailandia y dibujó un cuaderno de los que me gustan a mi.

Ronald Searle demuestra en su cuaderno de Hamburgo que unos de los mejores sitios para dibujar desnudos del natural son los bares de strip tease, por obvio que parezca.
Rescato el dibujo de Searle a raiz de la lectura de este artículo de mi admirado Jacinto Antón, publicado el pasado sábado en El País, del que copipego lo siguiente:

Las mujeres del estudio perciben -como lo hacemos todos- la crueldad y el control de la mirada de la playa. Las aparentes permisividad y tolerancia que reinan en esa franja arenosa se aplican en realidad solo a los que cumplen unos códigos estéticos y de conducta que son muy estrictos. “Cada uno hace lo que quiere, pero no todo está permitido”, observa Kaufmann (p.95). No debe parecer jamás que te exhibes. Los senos grandes, viejos o colgantes son mal vistos -la dictadura de los senos bellos, ya en la antigua Grecia, Dioscórides proponía el polvo de piedra de Naxos para reducirlos-. No te los puedes untar de crema con gestos demasiado lentos. No debes permanecer mucho tiempo erguida -siempre mejor estirada: el pecho aplanado perturba menos a la comunidad de la playa, aunque con la silicona el principio ya no es tan firme (¿?)- ni dirigirte al agua sin evitar rodeos innecesarios, con la mirada baja. Desde luego, mucha atención a los juegos de playa: el deporte es antinómico con la norma no escrita de que los pechos no deben bambolearse (por la misma regla tampoco debemos los varones jugar a palas sin bañador). En el fondo, nos encontramos ante la gran paradoja de cómo explicar que una zona del cuerpo sea un objeto erótico en otra parte y (teóricamente) no erótico en la playa.

Un amigo, Evelio P., ha encontrado un medio genial para mirar sin ambages en la playa, mucho más allá del rápido barrido visual de los demás: dibuja. Es igual que su arte sea discutible, y me quedo corto. Su estudiado aire de cultivado refinamiento le convierte en personaje inocuo y hasta valorado en el reino de la arena. Él -supuestamente- observa la belleza donde los demás espiamos la rotundidad.